Acerca de MarÃa Arozamena

Escucho, pienso, digo, canto, siento, escribo, leo, releo, escucho otra vez, corrijo, medito, meto la pata, recapacito, rÃo, escribo, veo pelÃculas tontas, descubro que esas pelÃculas tontas no son tan tontas, rÃo, escribo, escucho, hablo, repito, escucho, rÃo.
Cuando era pequeña, soñaba que escribÃa. Y ahora, poco a poco, palabra a palabra, voy haciendo realidad mi sueño.
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Los ingredientes con los que elaboro mis historias son variopintos e imprevisibles- Una frase oÃda al vuelo, una anécdota oÃda por azar a la hora del café, un fragmento musical, una noticia leÃda en algún periódico, una mirada a la que se asoma fugazmente un alma. El más nimio detalle puede servir para tomarle el pulso a la vida.
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Quise cantar hace años y los imponderables de la vida me alentaron a dejarlo. Sin embargo, casi por razones ajenas a mi voluntad, volvà a intentarlo hace no mucho tiempo. Esta vez, la música cuajó en mÃ.
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La novela, la música, el teatro, la poesÃa... son palabras de ida y vuelta. Me da la sensación de que en todo cuanto escrito siempre termina por colarse algo de lirismo.